El autor, en las páginas de «Selva imaginaria 2», narra relatos que recrean los misterios de la selva amazónica de Perú y descubre la belleza salvaje de su paisaje. Asimismo, nos incita a mirar debajo de esa alfombra verde donde viven los originarios de varias culturas quienes han creado un mundo mágico que les dé explicaciones de lo inaudito, de lo sorprendente. Lo más agradable de todo es que, ese entorno con su floresta inhóspita recibe a sus visitantes al amanecer y al atardecer con miles de aves surcando el cielo dejando para siempre un lienzo natural en la retina.
Por José Santos Gomero Miguelina nació en la selva, la Amazonía siempre sonó lejana para Lima y, en general, el Perú. Siempre fue percibida como si no fuera parte de este país, a pesar que la región andino-amazónica constituye el 70 % del territorio peruano y en sus tierras se encuentra el río más extenso del mundo. De manera específica, Acosta vio la luz el 23 de noviembre de 1887, tal como lo corrobora la partida de bautismo del Vicariato Apostólico de Yurimaguas; aunque el lugar específico es un debate todavía vigente, debido a que el sobrino nieto de Acosta, Raúl Alfredo Acosta Vílchez, en una entrevista para este artículo, señala que su bisabuelo Pedro Acosta Cárdenas, hermano de Miguelina, afirmó que el verdadero lugar de nacimiento fue Balsapuerto - Lagunas (Yurimaguas). Lo cierto es que, su padre fue Miguel Acosta Sánchez y su madre Grimanesa Cárdenas Montalván. También se sabe que tenía siete hermanos, así lo afirma en la dedicatoria de su tesis para optar el Doctorado en Juri