Ir al contenido principal

Peruano ilustre: Francisco Izquierdo Ríos


Nuestro gran escritor y educador nació en Saposoa el 29 de agosto de 1910, su  educación secundaria la realizó en el colegio San José de Moyobamba, para luego pasar a estudiar en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones. En 1928 conoce a José Carlos Mariátegui, colaborando con él en el dictado de cursos de cultura general en los sindicatos obreros de Lima y Vitarte. Inicia muy joven su labor docente en la localidad de Soritor. Por abrazar las ideas socialistas, en 1932 es apresado y enviado a la colonia penal del Sepa, que significaron días difíciles para la familia Izquierdo. Al reingresar al magisterio, inicia su peregrinaje de maestro en diferentes y apartados poblados de nuestra selva. En 1936, inicia su labor literaria a través de la poesía. "Sachapuyas", "Ande y Selva" (1938)  constituyen sus primeros escritos. En 1942, se traslada a Lima para asumir la jefatura del Departamento de Informaciones del Ministerio de Educación. En 1952 escribe "Papagayo, el amigo de los niños", poemario que encierra no sólo un entrañable amor por los elementos, paisajes y el hombre de nuestra patria, sino una forma de universalizar lo regional, como en "Mi aldea".  El crítico Ricardo González Vigil lo señaló como "un narrador nato de espontaneidad similar a la de los narradores orales." Entre sus cuentos figuran "Tierra peruana" (1945), "Selva y otros cuentos" (1949) y "Cuentos del Tío Doroteo" (1950). Creador y cultor de un realismo nativista de gran vigor y embeleso que le proporciona la naturaleza misma y presentando sus temas, tal como es, sin velos ni deformaciones, con sinceridad y sin rebuscamientos, apoyado por un estilo sencillo, franco y despejado.

Izquierdo trabajó muchos años en la administración pública llegando a ser jefe de la Sección de Folclore del Ministerio de Educación -sección que él creó- y que bajo su impulso recogió el saber de los pueblos de las diferentes regiones del país, movilizando a alumnos y maestros que recogían las versiones orales. Fruto de ello, es la obra: "Mitos, Leyendas y Cuentos Peruanos" (1946), en colaboración con José María Arguedas. Pasó a ser jefe del Departamento de Publicaciones de la Casa de la Cultura (1963-1973). Actuó como jurado en el concurso literario de la Casa de las Américas, de La Habana (1977). En 1980 fue presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, ANEA. A finales de los años setenta tuve la oportunidad de conocerle, cuando se saludaba con mi padre ―su amigo y colega―, en la cola olvidada de personas dignas y ejemplares: la de los cesantes y jubilados de educación. Era en una modesta escuela fiscal de los Barrios Altos de Lima, donde iban a cobrar sus pensiones. Tenía la mirada nostálgica como la de Arguedas, su gran amigo. En el otoño de 1981 nos dejó este gran escritor, orgullo huallaguino y sanmartinense. Felizmente la biblioteca infantil de la nueva Biblioteca Nacional lleva su nombre. 

(Gabino Alva Infante)//

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tradición: patrona de Tarapoto

    Patrona de la Santa Cruz de los Motilones en Tarapoto       Todos los pueblos guardan en cada uno de sus habitantes diversos matices de júbilo, devoción, algarabía y festividad; motivados por la llegada de una fecha muy significativa, por lo general de carácter religioso. En la ciudad de Tarapoto se celebra la patrona de la Santa Cruz de los Motilones, fiesta que se inicia el 07 de julio y concluye el 19 del mismo mes. Cuentan nuestros abuelos, que para la llegada de esta gran fiesta, los cabezones se preparaban con anticipación casi un año. Ya sea sembrando yuca, maíz, plátano y otros productos de panllevar, así también como la crianza de gallinas, pavos y chanchos. Cuando faltaban pocos meses para la celebración, los cabezones con sus respectivos ayudantes cosechaban los productos y seleccionaban las gallinas y chanchos para esperar la llegada de la gran patrona. La primera semana de julio, las mujeres se dedicaban a la preparación del masato de yuca y chicha de maíz.  El 07 de j

Libros: El gallo gallina

El gallo gallina La novela de Oswaldo Reynoso “El gallo gallina”, editada por una editorial peruana que ha tenido a bien transcribirla de un original publicado a mimeógrafo, según palabras del autor, hace más de cinco décadas, es una verdadera muestra de ingenio, por ser un compendio de sucesos narrados en distintos tiempos y estilos literarios. Una “gallo gallina” es un gallo de pelea que se asemeja a una gallina en apariencia; con esta peculiaridad, engaña a su rival, a quien después de haber confundido y al punto de alterarle las hormonas, logra vencerlo. El de esta historia, por la trama y su mismo nombre, “Civilísimo”, es un gallo de suma importancia. Tanto su dueño, apegado a su animal al punto de llorar por él y embriagarse al máximo, el adolescente que por desgracia lo hurta, el cocinero que parece haber pactado con el diablo para obtener la receta de una pachamanca sin igual, los inoportunos apristas, los maestros oradores y sobones, los mendigos, y finalmente, el minist

El abuelo Wilmaco

Hace unos días, en Trazos, mi amigo Reymer y yo celebramos con un six pack de latas la culminación de su novela  El abuelo Wilmaco . Se trata de una historia ilustrada que habla del amor, no solo del que sentía Wilmaco por Romina y su hijo Yaro, también del amor hacia la naturaleza. Conocí a Reymer hace unos años y desde entonces hemos sido muy amigos. No. Mentira. La verdad es que casi no lo veo, pero sí hemos coincidido en varios eventos literarios y, para ser francos, siempre he admirado su determinación y compromiso con la literatura. Cuando me dijo que ya había culminado su proyecto y me envío sus escritos para leerlos, además de sentirme muy feliz de su logro, no dudé un segundo en ser partícipe de su edición y publicación. Y, ergo, he aquí el resultado. El abuelo Wilmaco  resalta a los hombres del campo dedicados al trabajo por un futuro prometedor. Pero la vida es incierta, agradable y nefasta a la vez. Esa es la vida, y Wilmaco, con sus nueve décadas, lo sabe y entiende