Ir al contenido principal

Coulumna de uno: Cinema Paradiso



Cinema Paradiso

Iba a empezar a escribir este nuevo artículo pensando en un tema que a muchos les hubiera encantado leer, pero siempre mi instinto termina venciéndome. Me autosaboteo, me traiciono, pero esta vez esta decisión es dulce, sensible y hasta podría ser nostálgica: Las bandas sonoras del cine, las músicas que nos acompañan durante toda la proyección, las canciones de amor y suspenso. Imagino que tienen en mente muchas de ellas: a Rocky Balboa peleando por dejar en alto el nombre de su país y como mensaje subliminal la canción “Ojo de tigre” de “Survivor”, o sin ir muy lejos, a la archiconocida “Armagedón”, salvada de su incipiente historia de amor por el acompañamiento de la espectacular banda sonora de “Aerosmith” y su no menos popular canción “I dont want to miss a thing”.

Son algunos ejemplos de películas, cuya banda sonora las salvó del rechazo masivo de la concurrencia cinéfila, sin embargo hay historias buenas, guiones espectaculares, bandas sonoras que tienen vida propia, que se apoderan de nuestras mentes provocando recuerdos que nos evocan los sentimientos más puros. Hace poco adquirí la banda sonora de uno de los filmes que marcó mi inspiración con respecto al cine: “Cinema Paradiso”, un conjunto de músicas creadas y dirigidas por un genio Ennio Morricone.

La historia de Totó, de cómo su afición al cine fue naciendo por una condición natural de todo varoncito, saber cómo es el primer beso (vale recordar que en tiempos de guerra, las escenas de amor en las películas se censuraban y cortaban) a través de las proyecciones en el cine de su pueblo conocido por todos: “Cinema Paradiso”. Su relación amical con Alfredo, el viejo proyeccionista de quien va aprendiendo algunas enseñanzas sobre la vida y sobre el buen cine, se refleja de forma melódica en la canción “Totó y Alfredo” que acompaña a las escenas de ambos personajes, las más tiernas de la película, que supera inclusive a la historia de amor del protagonista, cuando después de cortejar a Elena y que esta lo correspondiera, su amor se ve truncado por la desaprobación de sus padres. O la instrumental “Cinema on Fire”, cuando la tristeza por el siniestro de fuego que consume el cine se mimetiza con los sentimientos del espectador, interiorizando las escenas de manera espectacular. Como escribí líneas arriba, la canción que representa a este clásico del cine es “Toto y Alfredo”: un himno a la alegría, una oda a la amistad; cada nota es un salto al vacío desde una nube de nostalgia y una caída forzosa al buen gusto.

Cerrar los ojos y sentir que uno es Alfredo o quizá Totó, es una aventura casi mágica, como cuando muchos años después, mientras Salvatore (Totó) se ve convertido en todo un gran cineasta, cuyos éxitos han sido proyectados en el nuevo cine de su pueblo y a los que Alfredo ha visto uno por uno, vuelve por la trágica noticia de la muerte del anciano proyeccionista y se encuentra con la sorpresa que le había dejado un legado, una pequeña herencia que consiste en un carrete de cinta que al proyectarlo le saca más de una lágrima, ya que contenía todas las escenas de amor y los besos de las películas que la dictadura censuró.  Esta obra maestra del cinees musicalizada por Ennio Morricone, el mismo que estuvo a cargo de las bandas sonoras de más de 500 películas, entre las que figuran: “El bueno, el malo y el feo”, “Malena”, “Los Intocables”, “Baaria”, “Érase una vez América”, entre otros éxitos, llegando a recibir el Óscar honorífico el año 2007.

“Cinema Paradiso” es recomendable para todos quienes disfrutan no solo de un buen guión, sino de la música que encumbra al cine como el Séptimo Arte, por la variedad de sensaciones que transforma e impregna en nosotros.

Víctor Manuel Nieves Pinchi.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tradición: patrona de Tarapoto

    Patrona de la Santa Cruz de los Motilones en Tarapoto       Todos los pueblos guardan en cada uno de sus habitantes diversos matices de júbilo, devoción, algarabía y festividad; motivados por la llegada de una fecha muy significativa, por lo general de carácter religioso. En la ciudad de Tarapoto se celebra la patrona de la Santa Cruz de los Motilones, fiesta que se inicia el 07 de julio y concluye el 19 del mismo mes. Cuentan nuestros abuelos, que para la llegada de esta gran fiesta, los cabezones se preparaban con anticipación casi un año. Ya sea sembrando yuca, maíz, plátano y otros productos de panllevar, así también como la crianza de gallinas, pavos y chanchos. Cuando faltaban pocos meses para la celebración, los cabezones con sus respectivos ayudantes cosechaban los productos y seleccionaban las gallinas y chanchos para esperar la llegada de la gran patrona. La primera semana de julio, las mujeres se dedicaban a la preparación del masato de yuca y chicha de maíz.  El 07 de j

Jerga: Cutra

Es uno de tantos términos del lenguaje vulgar aún no aceptado por la Academia de la Lengua Española de nuestro país, pero usado por todos los peruanos, cuyo significado está contextualizado con el soborno y vueltos de sobrecostos en el submundo de la corrupción. Me arriesgo a opinar que el origen de este término está en la preposición contra, que semánticamente, denota oposición y contrariedad. A mediados del siglo pasado, en que se originó esta jerga, los  facinerosos que cometían  este tipo de delitos económicos, eran conscientes  de que estaban actuando en contra de la ley. "Hagamos la contra". Supongo que para "esconder" la fechoría y no sentirse acusados por esta palabra, simplistamente, derivaron el término de contra a cutra. Así la preposición contra dio origen al sustantivo cutra que sometido a la acción toma categoría de verbo: cutrear. Actualmente, sigue siendo conjugado en las tres personas gramaticales, en singular y en plural.    (  Lucio Córdova Mezo

Libros: El gallo gallina

El gallo gallina La novela de Oswaldo Reynoso “El gallo gallina”, editada por una editorial peruana que ha tenido a bien transcribirla de un original publicado a mimeógrafo, según palabras del autor, hace más de cinco décadas, es una verdadera muestra de ingenio, por ser un compendio de sucesos narrados en distintos tiempos y estilos literarios. Una “gallo gallina” es un gallo de pelea que se asemeja a una gallina en apariencia; con esta peculiaridad, engaña a su rival, a quien después de haber confundido y al punto de alterarle las hormonas, logra vencerlo. El de esta historia, por la trama y su mismo nombre, “Civilísimo”, es un gallo de suma importancia. Tanto su dueño, apegado a su animal al punto de llorar por él y embriagarse al máximo, el adolescente que por desgracia lo hurta, el cocinero que parece haber pactado con el diablo para obtener la receta de una pachamanca sin igual, los inoportunos apristas, los maestros oradores y sobones, los mendigos, y finalmente, el minist