Versos: QUÉDATE CONMIGO



A Rafaela, mi madre

Voz de miel impregnada en la roca.
Mirada encallecida por el tiempo. 
Vértebras enmohecidas que cuelgan del otoño. 
Zapatos roídos por el eco de tus años. 
Minutero desvencijado. 
Brújula que apunta al sur. 
Viaje sin retorno. 
Vas deslizándote por el camino que más temo. 
Acariciando el asfalto frío. 
Destilando aromas de silencio.

Mar en calma. 
Brisa de la paz. 
Mi corazón al verte sufre por tus años. 
Crujen tus huesos y lloran las costillas de mi alma. 
En el escenario del invierno los roles han cambiado. 
Coges mi brazo y viramos en la esquina de la vida. 
Viajamos por horizontes de ternura. 
Tu voz de viento dulcifica mis oídos. 
Tu sonrisa de paloma alimenta mis sueños de seguir contigo.

MADRE, nunca me faltes. 
Sin ti mi voz sonará a silencio. 
No habrá magnolias en mis cantos. 
Ni luz en mis noches de nostalgias. 
Y mis versos vestirán melancolía. 
Porque tú eres la suave risa que alumbra mi sendero. 
La fortaleza en mis batallas. 
Eres el río enternecido. 
Y sufro cuando te deslizas por el camino que más temo. 
Suenan las costillas de mi alma. 
MAMÁ…, navega en mis pupilas, Y QUÉDATE CONMIGO.

(Escribe: Julián Rodríguez Cosme)

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