Una Oda Paramnesica


Con amor y aprecio para Luz Mileni Perez Tavara

El cuervo canta hoy su canción.
Se posa sobre la cerca
que divide y separa su cuerpo y su corazón.
Garras de color negro azabache penetran la carne de la madera, 
como diciendo aquí me quedaré por buen tiempo.
Clava su pico de ébano en el indomable sur y 
su negro plumaje acicalado  se confunde con la noche;
y el viento del norte danza sobre su espalda.
Sus ojos denotan hambre, inteligencia, y temor. 
Y al amanecer su graznido interrumpe el sospechoso silencio del amanecer, 
como si buscase vanagloriarse de su reino recientemente adquirido…

Ninguno en paz podrá concebir el sueño esta noche.
La fachada inocente de nieve fresca 
vertida sobre los picos de las montañas del norte
se mezclará con las apetecibles especias
que agitadamente se deslizan de las cuencas del sur.
La unión marcará sus cuerpos y corazones para siempre.
Vivirán por el resto de sus días el uno dentro del otro.
Los aromas de canela y clavo de olor 
encontraran su camino deslizándose lentamente
sobre los picos de recuerdos solitarios.
Lágrimas silenciosamente congeladas caerán sin llamar la atención,
derritiéndose en la calidez de las corrientes sureñas de comienzos imprácticos…

He aquí que el cuervo canta
y se posa sobre la cerca con ansiosa anticipación
Extasiado por los peligros de la existencia,
se rebela en contra del desdichado destino
que lo separa de lo que más ama y desea.
Temeroso de que sus ojos negros no puedan vislumbrar la estocada final del destino,
permanece mucho tiempo mirando fijamente cada gota de lluvia.
Garras de ónix se posarán incómodas sobre la madera partida
hasta que Helios regrese en jubilante triunfo
para con un beso despedirse de Selena."

 //(Wilter Pérez Barrera) 

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