Ir al contenido principal

Artículo: Origen de la catarata Ahuashiyacu


Ahuashiyacu (Awashiyaku)

Uno de los atractivos turísticos de San Martín es, sin duda, la catarata de Ahuashiyacu (Awashiyaku), catarata que dicho sea de paso, se encuentra en la jurisdicción de La Banda de Shilcayo.

Sobre el significado de este importante referente turístico, hay quienes afirman que su significado es "agua que ríe"; otros, por su parte, aseguran que su acepción es "agua cantarina" o "agua que canta". Y estas versiones rebasan las fronteras de nuestra región, tal como se comprueba viendo, oyendo o leyendo información que al respecto viene de afuera.

Nuestra curiosidad por querer saber o verificar la validez de estas aseveraciones nos llevó a conversar con varios quechua-hablantes y gracias a ellos nos enteramos que Ahuashiyacu (Awashiyaku) no significa agua que ríe o agua que canta, y de paso nos permitió cambiar nuestro concepto en cuanto a la escritura del idioma del incanato y así lo haremos en las siguientes líneas.

Si Awashiyaku significaría agua que ríe, nuestra hermosa urmana debiera llamarse Asikukyaku, ya que asikuk es una inflexión verbal de asikuy, reír. De igual modo, si fuera agua cantarina o agua que canta, sería Takikukyaku, derivado del verbo Takiy, canción o canto.

De la relación entre el agua y el árbol, en el caso del aguaje (awashi), es más patente. Donde hay esta palmera, hay una fuente de agua, un terreno pantanoso, y de no haber agua, ella se encarga de atraerlo, aunque esto suene a perogrullada. Y quizás quienes descubrieron la catarata que motiva este artículo, encontraron junto a ella más de un ejemplar de awashi (aguaje), razón por la cual tiene el nombre con el que la conocemos. 
Entonces, ¿que puede significar Awashiyaku (Ahuashiyacu)? Podría ser "agua que brota o sale del aguajal", o "agua del aguaje".
(  Carlos Tafur Ruíz).//

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Jerga: Cutra

Es uno de tantos términos del lenguaje vulgar aún no aceptado por la Academia de la Lengua Española de nuestro país, pero usado por todos los peruanos, cuyo significado está contextualizado con el soborno y vueltos de sobrecostos en el submundo de la corrupción. Me arriesgo a opinar que el origen de este término está en la preposición contra, que semánticamente, denota oposición y contrariedad. A mediados del siglo pasado, en que se originó esta jerga, los  facinerosos que cometían  este tipo de delitos económicos, eran conscientes  de que estaban actuando en contra de la ley. "Hagamos la contra". Supongo que para "esconder" la fechoría y no sentirse acusados por esta palabra, simplistamente, derivaron el término de contra a cutra. Así la preposición contra dio origen al sustantivo cutra que sometido a la acción toma categoría de verbo: cutrear. Actualmente, sigue siendo conjugado en las tres personas gramaticales, en singular y en plural.    (  Lucio Córdova Mezo

Tradición: patrona de Tarapoto

    Patrona de la Santa Cruz de los Motilones en Tarapoto       Todos los pueblos guardan en cada uno de sus habitantes diversos matices de júbilo, devoción, algarabía y festividad; motivados por la llegada de una fecha muy significativa, por lo general de carácter religioso. En la ciudad de Tarapoto se celebra la patrona de la Santa Cruz de los Motilones, fiesta que se inicia el 07 de julio y concluye el 19 del mismo mes. Cuentan nuestros abuelos, que para la llegada de esta gran fiesta, los cabezones se preparaban con anticipación casi un año. Ya sea sembrando yuca, maíz, plátano y otros productos de panllevar, así también como la crianza de gallinas, pavos y chanchos. Cuando faltaban pocos meses para la celebración, los cabezones con sus respectivos ayudantes cosechaban los productos y seleccionaban las gallinas y chanchos para esperar la llegada de la gran patrona. La primera semana de julio, las mujeres se dedicaban a la preparación del masato de yuca y chicha de maíz.  El 07 de j

El abuelo Wilmaco

Hace unos días, en Trazos, mi amigo Reymer y yo celebramos con un six pack de latas la culminación de su novela  El abuelo Wilmaco . Se trata de una historia ilustrada que habla del amor, no solo del que sentía Wilmaco por Romina y su hijo Yaro, también del amor hacia la naturaleza. Conocí a Reymer hace unos años y desde entonces hemos sido muy amigos. No. Mentira. La verdad es que casi no lo veo, pero sí hemos coincidido en varios eventos literarios y, para ser francos, siempre he admirado su determinación y compromiso con la literatura. Cuando me dijo que ya había culminado su proyecto y me envío sus escritos para leerlos, además de sentirme muy feliz de su logro, no dudé un segundo en ser partícipe de su edición y publicación. Y, ergo, he aquí el resultado. El abuelo Wilmaco  resalta a los hombres del campo dedicados al trabajo por un futuro prometedor. Pero la vida es incierta, agradable y nefasta a la vez. Esa es la vida, y Wilmaco, con sus nueve décadas, lo sabe y entiende