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Mostrando entradas de noviembre, 2005

He muerto

Estoy muerto. Es mentira que respiro. No es verdad que escribo, que puedo ver, que siento frío. He muerto. Mírame bien, descubre mis defectos, mis ojos, mis pupilas. ¡Siente mi fúnebre aliento! No te engañes, mi cuerpo no está tibio, mi corazón no está latiendo. Tus ojos no me ven, tu boca no me besa; yo no existo, ¡He muerto! ¡Estoy muerto! Mis pasos ya no tocan el suelo, el aire no mueve mis cabellos, ya no percibo aromas, ya no siento asco. ¡Estoy solo, muy solo! Soy un espectro invisible que viaja en círculos, que se desliza por toboganes sin salida, que grita y nadie le escucha, que miente a la nada. He muerto. ¡Estoy muerto! Amo a la noche oscura, a las estrellas, al sol... ¡Las estrellas son mías! ¡Soy invencible! Los muertos también amamos, amamos sin esperar que la inercia respire... Pero obsérvame, hazlo. ¡No dejes de mirarme! ¡Estoy solo, muy solo! ¡Muerto! Bésame; que tus diminutos bustos, mientras lo haces, aparenten estar sobre mí, desnudos y duros. Que siempre perdure en