Poema de Gavino Quinde

Mundo al revés

Mucha falta hacía la lluvia
con su vuelo vaporoso
mientras la tierra gemía
con su escarnio, dolorosa.
 
Los hombres de a pie clamaban
por tan mortal abandono
donde la mayoría de arroyos
habían dejado de correr.
 
Lamentos y más lamentos.
Oh, la sed de la verdura,
de las personas que viven
en las zonas elevadas.
 
Pero un día de tanto estar
improperios expresando
y a la ingrata tierra dando
quejas con grave aflicción
 
cayó casi un mes cerrado
de aguacero en las calles
y en los campos y en los valles
con una furia sin igual.
 
Entonces vino la airada
reciedumbre de los ríos
pues los bajiales crecieron
y las quebradas también.
 
Treinta mil parcelas quedaron
inundadas en los valles
con cultivos malogrados
y sus casas y animales.
 
Los caminos se cerraron
el agua tratada faltó,
algunas carpas desplegadas
a todos abastos no se dio.
 
Faltaron los alimentos
a pobladores del valle
y los del bajo Huallaga
no tenían dónde acampar.
 
La inundación prosiguió
por varios meses cerrados
y el hambre atormentó
a cuanto estómago había.
 
Y hoy de aquel extenso lugar
fieramente maltratado
solo han quedado despojos
de arena y barrizal.


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