Ir al contenido principal

La literatura femenina sanmartinense

En la historia de la literatura universal nos encontramos con personajes femeninos diversos, muchos, fascinantes y memorables, creados por escritoras cuyas obras tienen un lugar especial en la memoria. En el ámbito de la literatura nacional y en nuestro espacio amazónico, los personajes que discurren en las diversas tramas de los autores también han resultado deslumbrantes, memorables, severos, inquietantes, apasionantes o mínimos. Pero cuántos de estos personajes han sido creados por mujeres, y sus obras han alcanzado un importante sitial en el canon literario. En la literatura amazónica es inolvidable el protagonismo de Mariana, la sobreviviente de “Selva trágica”, de Arturo D. Hernández, y en el cuento “El collar del curaca” de Humberto del Águila, la dulce Sumac nos conduce por senderos seductores pero peligrosos, sin embargo, ambos personajes han sido construidos desde la visión masculina de su época.

Los contextos socioeconómicos y culturales de las etapas históricas que nos precedieron fueron determinantes para la poca o nula aparición de las escritoras. En la literatura sanmartinense carecemos de obras literarias de mujeres destacándose en el canon; o, ni siquiera tenemos escritoras dentro de él. Esta laguna literaria persiste, y es necesario averiguar por qué. El vacío descrito requiere una impresionante y ardua tarea que modifique el panorama literario y subsane las ausencias, para darles a los niños, niñas y jóvenes, razones para perseguir el oficio de escribir y, sobre todo, para situar la presencia de la mujer en el sistema literario: edición, publicación, promoción y reconocimiento. 

Refiero, por tanto, las palabras de Pilar Lozano Mijares, que en su estudio “El papel de las mujeres en la literatura”, menciona lo siguiente: “al no haber escritoras en el canon, no aparecen tampoco en los libros de texto que todos los estudiantes manejan como fuente de información válida. Las niñas y las adolescentes se encuentran con la ausencia de modelos de escritoras a las que imitar, cuyos textos les ayuden a comprender quiénes son, con cuyos personajes y vivencias se puedan sentir identificadas. Se pierde todo un legado cultural previo y, al mismo tiempo, deja desamparadas a mujeres que deben enfrentarse, de nuevo, al reto de convertirse en escritoras sin tener delante modelos fuertes a los que agarrarse, como ha ocurrido en épocas anteriores. Esta falta de referentes hace las cosas mucho más difíciles a las mujeres que quieren dedicarse a escribir”. Resulta, pues, imperativo, que comencemos a buscar referentes valiosos en la Amazonía y propiciemos la literatura femenina sanmartinense dando visibilidad a las voces emergentes y consolidando aquellas de amplia trayectoria.

Producto de la indagación, el registro inmediato de escritoras sanmartinenses que regularmente producen textos de narrativa o poesía, o que están emergiendo en la escena literaria, es el que sigue; seguramente habrá más, es probable que no estén visibilizadas a través de los medios, que no hayan tenido suficiente promoción o, aun escribiendo constantemente, no tengan libros publicados.


NARRATIVA

Haydith Vásquez del Águila (Tarapoto). Ingeniera de sistemas y escritora. Ha publicado los cuentos “La niña de la lluvia” (2012, Pasacalle) y “Agosto” (2018, Borrador). Algunos de sus cuentos también fueron publicados en la colección “Rimary” (2005- 2006), en “Chazuta” (2009), en la “Antología de la narrativa amazónica” (2014, Trazos) y en “Yanapuma” (2017), compilado de cuentos del concurso “Amazonía ancestral” de la editorial Trazos. En dramaturgia tiene dos libretos: “Trasquilado al por mayor” y “El desacato”.

Elsa Angulo Vásquez (Moyobamba). Docente, narradora y presidenta de la Asociación Cultural Luis Hernán Ramírez. Ha publicado “Lamento de la selva” (2009, Trazos), “Eterna compañía” (2017, Trazos). Sus cuentos también fueron publicados en la “Antología de la narrativa amazónica” (2014, Trazos) y en el compilado de cuentos del concurso “Amazonía ancestral” de la editorial Trazos: “Chullachaqui” (2014), “Yanapuma” (2017) y “Lamparilla” (2018).

Aurora Vela Vela (Yuracyacu, Rioja). Docente en la especialidad de informática. Ha publicado “Como el pan de azúcar” (2019). Crónica de sus orígenes y de sucesos relevantes del Alto Mayo.

Karina Rengifo Mesía (Tarapoto). Arquitecta, ilustradora. Ha publicado “Cuentos cortos de Isabella” (2021, Trazos), cuento de LIJ ilustrado.

Melissa Valentina Vecco Giove (Lima). Psicóloga. Ha publicado “La princesa que ríe de día y llora de noche” (2012, Trazos) y “Korianqa y el Ladrón de Sueños” (2017, Prometeo desencadenado), ambos forman parte de la colección Cuentos para Crecer. Su cuento se ha publicado en la “Antología literaria sanmartinense. Autores contemporáneos” (2012, Rezistencia).

POESÍA

Ethel Linares Lozano (Cacatachi, Provincia de San Martín). Docente cesante y presidenta de la Casa del Poeta Peruano – Filial San Martín. Ha publicado “Entre las hojas” (2009), “Segundos de ternura” (2012), “Tierra mojada” (2015). También publicó en los compilados de poesía y narrativa del Centro Cultural ReZistencia: “Rezistencia y sus cuenta cuentos” (2014), “Cuentos de Rezistencia”, “Selva y dolor” (2021).

Celia Luz Flores Flores (Tarapoto). Ha publicado “Rosa de Ensueño” (1988), “Ven a soñar conmigo” (1991), es autora del Himno a Tarapoto.

Katherine Rengifo Saldaña (Tarapoto). Economista, poeta y pintora. Ha publicado “El peligro de estar vivo” (2018, Ediciones marginales), poemario de tres autores, “El mar no cesa” (2019), muestra poética de veintitrés autores, y en “Lamparilla” (2018), compilado de cuentos del concurso “Amazonía ancestral” de la editorial Trazos.

María Gricelda Grández Aguilar (Huambo, Rodríguez de Mendoza, Amazonas) Docente de educación Primaria. Ha publicado “Susurro” (2020), poemario inspirado en la naturaleza, el amor y la armonía, relevando la conservación del ambiente y el amor a la vida.

Carla Ruiz Altamirano (Saposoa). Ha publicado el poemario “Seducción” (2016, DDC).

Tomasa Torres Pérez (Picota). Docente. Ha publicado “Poemas del corazón” (2021, Trazos), en coautoría con Marlo Nino Ortiz Campos.

NARRATIVA - POESÍA

Daphne Viena Oliveira (Iquitos). Docente, promotora y difusora cultural, actriz, cantante y presidenta del Centro Cultural Rezistencia. Ha publicado con el sello de Rezistencia “Leyendo y pintando con Daphne 1” (2013), “Leyendo y pintado con Daphne 2” (2016), “De mi juventud y otros cuentos” (2015), “Rezistencia y sus cuenta cuentos” (2014), “Selva y dolor” (2021).

Connie Philipps del Castillo (Tarapoto). Docente, gestora cultural, mediadora de lectura y presidenta de la Asociación Cultural Lupuna – Artes amazónicas. Ha publicado “Dulceamargo” (2017, Trazos), “Diálogos con la luna” (2018, Trazos). Sus artículos de corte pedagógico se han publicado en las revistas “Jarchas” y “Tanganeando”.

Delsy Violeta Ramírez Rojas (Tarapoto). Docente y directora. Ha publicado el poemario “Versos entretejidos” (2019, Trazos) y la novela “Destinos” (2020, Trazos).

Katherine Lady Ponce Vargas (Rupa Rupa, Tingo María). Ha publicado “La niña de la coca” (2013, Prometeo desencadenado), cuento que narra la historia de una pequeña en una zona donde impera el narcoterrorismo y la represión, y el poemario “Tingaleza” (2016, Itzcuintle).

Cristina del Águila (Tarapoto). Abogada. Ha publicado “Ayahuasca. Más allá del amanecer” (2018, Yopublico), obra testimonial que busca reafirmar la identidad cultural amazónica con la protección del ritual del Ayahuasca, su conocimiento tradicional y terapéutico.

Este corto repaso por las publicaciones de nuestras escritoras sanmartinenses nos induce a una serie de reflexiones. Por ello, en este ejercicio de reconocimiento de nuestra problemática, parto por preguntarnos:

  • ¿Tenemos un mapa de escritoras sanmartinenses que nos permita brindar información actualizada sobre las autoras y sus publicaciones, cuando lo requiera quien lo necesite, para conocer y conocernos?
  • ¿Sobre qué escriben nuestras escritoras, cuáles son los géneros que cultivan, cuál es la literatura que les compromete?
  • ¿Qué espacios de participación (concursos, festivales, ferias, encuentros), dedicados exclusivamente o principalmente a las escritoras con la finalidad de visibilizarlas se han organizado? Y si esto es así, ¿estos espacios han sido continuos y se han fortalecido?
  • ¿Hemos generado espacios de capacitación y actualización a las escritoras identificadas, con la finalidad de fortalecer sus capacidades?
  • ¿Existen oportunidades de publicación para las escritoras emergentes? Y, es más, ¿hemos difundido dónde y cómo pueden ser apoyadas en su proceso de publicación?
  • Y, por último, ¿hemos valorado y reconocido la producción literaria de nuestras escritoras regionales?

Nos queda, como colectivo de escritores, generar un movimiento en el que las escritoras de nuestra región puedan llegar a una normalización en términos de igualdad entre escritores y escritoras, no como una disputa, sino dándonos la mano para fortalecer la literatura amazónica, en general.



Por Connie Philipps. Exposición en el marco del II Encuentro regional de escritores sanmartinenses. Septiembre 10 y 11 de 2021.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tradición: patrona de Tarapoto

    Patrona de la Santa Cruz de los Motilones en Tarapoto       Todos los pueblos guardan en cada uno de sus habitantes diversos matices de júbilo, devoción, algarabía y festividad; motivados por la llegada de una fecha muy significativa, por lo general de carácter religioso. En la ciudad de Tarapoto se celebra la patrona de la Santa Cruz de los Motilones, fiesta que se inicia el 07 de julio y concluye el 19 del mismo mes. Cuentan nuestros abuelos, que para la llegada de esta gran fiesta, los cabezones se preparaban con anticipación casi un año. Ya sea sembrando yuca, maíz, plátano y otros productos de panllevar, así también como la crianza de gallinas, pavos y chanchos. Cuando faltaban pocos meses para la celebración, los cabezones con sus respectivos ayudantes cosechaban los productos y seleccionaban las gallinas y chanchos para esperar la llegada de la gran patrona. La primera semana de julio, las mujeres se dedicaban a la preparación del masato de yuca y chicha de maíz.  El 07 de j

Libros: El gallo gallina

El gallo gallina La novela de Oswaldo Reynoso “El gallo gallina”, editada por una editorial peruana que ha tenido a bien transcribirla de un original publicado a mimeógrafo, según palabras del autor, hace más de cinco décadas, es una verdadera muestra de ingenio, por ser un compendio de sucesos narrados en distintos tiempos y estilos literarios. Una “gallo gallina” es un gallo de pelea que se asemeja a una gallina en apariencia; con esta peculiaridad, engaña a su rival, a quien después de haber confundido y al punto de alterarle las hormonas, logra vencerlo. El de esta historia, por la trama y su mismo nombre, “Civilísimo”, es un gallo de suma importancia. Tanto su dueño, apegado a su animal al punto de llorar por él y embriagarse al máximo, el adolescente que por desgracia lo hurta, el cocinero que parece haber pactado con el diablo para obtener la receta de una pachamanca sin igual, los inoportunos apristas, los maestros oradores y sobones, los mendigos, y finalmente, el minist

El abuelo Wilmaco

Hace unos días, en Trazos, mi amigo Reymer y yo celebramos con un six pack de latas la culminación de su novela  El abuelo Wilmaco . Se trata de una historia ilustrada que habla del amor, no solo del que sentía Wilmaco por Romina y su hijo Yaro, también del amor hacia la naturaleza. Conocí a Reymer hace unos años y desde entonces hemos sido muy amigos. No. Mentira. La verdad es que casi no lo veo, pero sí hemos coincidido en varios eventos literarios y, para ser francos, siempre he admirado su determinación y compromiso con la literatura. Cuando me dijo que ya había culminado su proyecto y me envío sus escritos para leerlos, además de sentirme muy feliz de su logro, no dudé un segundo en ser partícipe de su edición y publicación. Y, ergo, he aquí el resultado. El abuelo Wilmaco  resalta a los hombres del campo dedicados al trabajo por un futuro prometedor. Pero la vida es incierta, agradable y nefasta a la vez. Esa es la vida, y Wilmaco, con sus nueve décadas, lo sabe y entiende