Libros: Cuatro géneros


Cuatro géneros
de Carlos Maktangrunaka
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Es un libro que bien puede equipararse a un cuarteto de cuerdas, donde cuatro instrumentos de la misma familia: un primer violín, un segundo violín, una viola y un violonchelo ejecutan cada uno de ellos su propio material musical, sus propios motivos melódicos y realizan sus propios quiebres y contrapuntos. Pero, al tocar los cuatro simultáneamente, conforman, al mismo tiempo, la obra musical resultante: melodía, armonía y ritmo, expresión sonora que el autor ha concebido precisamente a través de los  timbres  y  de  las  posibilidades  instrumentístícas de los  cuatro instrumentos mencionados. Sin embargo, no hay que olvidar que, aunque la música que toca cada uno de los instrumentos del cuarteto de cuerdas es independiente, hay una voz que sobresale, que hace el papel de voz principal, la del primer violín, mientras que la música del segundo violín y de la viola, que, sin ser relleno, mantiene voces secundarias. El violonchelo, con su timbre grave, lleno de armónicos y timbres exquisitos, hace la debida contraparte a los tres primeros con sus sonidos graves y ronquidos.

En el caso que ahora nos ocupa, el libro de Carlos Maktangrunaka, concebido en cuatro apartados, se nos muestra como una unidad literaria contundente, con un solo estilo: el del autor, harto conocido por los lectores de la revista "No hay cultura sin lectura", que flamea en Lamas y San Martín, fanal y testimonio, la más original y tozuda de la región amazónica entera, creación exclusiva y permanente del autor.

Entonces, las partes del libro son: poemas (primer violín), pensamientos (segundo violín), artículos periodísticos (viola) y narraciones (violonchelo).

La  poesía de Carlos Maktangrunaka es la que lleva la voz tonante en esta obra. Son veintisiete poemas escritos con sobriedad y con una pasmosa serenidad en que el autor, a pesar del ánimo exaltado en que en ocasiones se sumerge, no pierde un instante la inenarrable noción de la realidad, cual timonel que en medio de furiosas tempestades y enmarañados tremedales suele llevar su barca a buen puerto. En su poesía el autor da preferencia al verso libre, sin apartarse ni un momento de la originalidad que él quiere lograr para cada uno de sus versos. En esta sección hay por lo menos cuatro poemas que están escritos en un modo que podríamos llamar de poesía en prosa: "Socio de Dios"; "Lamista, es tu hora"; "Un agua sellada" y "Lamas, el cerro más elegante y deleitoso".

Sin embargo, opino que la última sección, la de las narraciones, trae textos de exquisita factura literaria, de profunda e intensa literatura con toques de nostalgia, especialmente cuando se trata de aquellos que elaboran sutiles o libremente expuestos elementos autobiográficos. Entre éstos se encuentra el que, según mi criterio, es el mejor de todos los textos del libro: el denominado "La chinaca", que es una narración que ocupa precisamente el último lugar de la obra, en una extensión de veintiocho páginas.

Es una notabilísima obra narrativa que debe pertenecer al fondo de oro de los cuentos sobre animales domésticos en la literatura peruana, en particular, y en la literatura de alcances universales escrita en castellano, en general. Por el estilo en que está escrito, por los giros literarios entretejidos por el autor, por el vocabulario empleado, por las altas dosis de humor y ternura que contiene, y por las repeticiones intencionales en el texto, "La chinaca" es, en miniatura, una obra literaria que puedo equiparar con el Quijote de la Mancha.

El texto de "La chinaca", puede enmarcarse dentro de un excelente ejemplo de prosa poética porque posee musicalidad interna, inadvertida, hábilmente ocultada por el autor.

Ya he dicho por escrito, y lo reafirmo en esta ocasión, que la literatura de Carlos Maktangrunaka constituye "la mejor palabra jamás escrita en San Martín", y que ahora, después del año 2000, su pluma se ha vuelto más efectiva, más flexible, más contundente, más ágil, más elegante, más universal, más nuestra.

Este libro sale a consideración de los lectores después de cuatro libros que Carlos Maktangrunaka publicó en la serie "Voces del bosque", entre 1991 y 2003, el segundo de dos ediciones; de un libro de poemas dedicados a la madre, con dos ediciones, denominado "A la flor más bella del hogar" (en 1996 y 1999) y más de 170 números de la revista "No hay cultura sin lectura" y varias ediciones de las otras tres revistas que él escribe, edita, vende y regala: "La ciudad", "Tercera etapa" y "Lamisteadas".

Sin embargo, el autor nos afirma que tiene en reserva gran cantidad de literatura en prosa y en verso que ojalá pueda publicar en los próximos anos porque el pueblo y los lectores de Lamas, de San Martín y de todo el país lo necesitamos.     

Luis Salazar Orsi

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