Utopías y desvaríos (13)



Un metalero a quien conozco desde hace mucho, el otro día me sugirió que buscase un video en youtube. Me lo dijo a través del facebook, escribiendo para tal cometido una frase entre comillas. Qué risa me dio, primero porque este tipo siempre se está jactando de ser izquierdista anti-burgués, y segundo, porque sus “ideas contestatarias”, según él, aluden a la máxima expresión de rebeldía y disconformidad: el satanismo.
“¿Hablas en serio?”, le escribí de inmediato. “Sí”, me dijo emocionado, “para que veas lo que se hace en esta ciudad”. Yo ya no aguanté más sus palabras, de la risa pasé al disgusto. Pensé: “¡Metalero de mierda, anda caga!” Y le dije (por supuesto con diplomacia): “amigo, yo no entro a youtube, porque no quiero contribuir con el enriquecimiento del burdo capitalismo”. El metalero no me dijo nada más, se fue.

Ahora pienso: estos sarnosos (no todos, solo algunos que conozco), dicen detestar todo tipo de publicidad que los haga notar; pero bien que publican sus fotos en las redes sociales, o bien que se embriagan en las discotecas más populares y amanecen bailando, ¡hasta se conocen los pasos! Fijo que si se ve a un tipito con el pelo recogido, moviéndose como marica, es porque uno de ellos se ha infiltrado en los hábitos de la “gente común”. Cuando hay algún concurso de canto, ahí están estos adefesios, imitando a un “dios” al que seguramente hasta el culo serían capaces de darle... o sea, ni la creatividad los alumbra, pobres engendritos, si supieran el ridículo que hacen.

Si tanto les molesta la burguesía, ¿por qué frecuentan los “antros” que alimentan el capitalismo?; más bien, deberían llenarse el cuerpo de explosivos y explotar en ellos, por una cuestión de dignidad, ahí sí les creería.

Pero qué van a querer autoeliminarse: son pura boca.

Los que dicen ser anti-cristianos, machitos, ni siquiera conocen lo que piensan; pero a ver que sigan sin claudicar hasta el fin, aunque sus cuerpos se pudran y la agonía los haga estremecer de dolor. Si así lo hicieren, ¡bendiciones!

Seguramente si todo el mundo escuchara metal, y el reggaeton fuera “subte”, estaría sucediendo lo mismo, pero a la inversa: los chicos malos, antisociales y resentidos, serían los reggaetoneros. Y entonces los metaleros darían conciertos a lo Pitbull. ¡Qué gracioso imaginarlo!

Hasta aquí, por si acaso, estoy hablando de lo que involucra a la ciudad en la que vivo; es decir, prioritariamente.

Ya me aburrí, mejor me pongo a ver en youtube, los videos de estos metaleros, para cagarme de la risa. M.V.//

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